viernes, 16 de noviembre de 2012

Papá y mamá en Paris (#2)

El tercer día no comenzó muy bien, mi papá tenía un dolor fuerte en su pierna y no quería caminar así que decidimos que se quede (que no nos rompa los huevos!) y salimos con la ma a hacer un paseo.

La verdad que no sé si había caminado tanto alguna otra vez en París como hice con mi mamá, no se cansa nunca. Recorrimos Montmartre. Empezamos entrando al Sagrado Corazón, yo del vamos ya le había prevenido a mamá de todas las tretas que hacen los morochos por ahí para tratar de sacarte un par de cobres. Por ejemplo, una de las tantas es que viene uno de los tipos con una pulsera te pone la pulsera y te dice que lindo que te queda, y no te la quiere recibir hasta que le das una moneda. Obviamente, estos tienen todas las de perder conmigo.



Entramos a la iglesia, y la ma se sorprendió gratamente de la iglesia le saco fotos de todos lados que se puedan ocurrir. A su estilo, siempre posicionando la cámara, sin ver la pantallita y antes que salga la foto ya está mirando para otro lado :P

Atravesamos las pequeñas callecitas de Montmartre, mirando a los pintores que hacen retratos de las personas, los pequeños comercios llenos de turistas y todos los locales que venden souvenires. Paramos en un restaurante a comer, nos pedimos un menú con un cassoulette de pollo con champignones y la ma se sacó un postre. La mesera se reía de todo y fue muy gracioso estar de interprete. A veces le hablaba en francés a mi mamá y en español a la mina. Cualquier cosa era... jaja Mientras tanto me ponía al tanto de como van las cosas por casa, como anda todo y demás. El nuevo hobbie de Lucía (mi prima), las andanzas de la munu, el fiestero fede, la andreíta y su nueva escuela, el talito y sus nuevas locuras, Celsa, el bapy, francisco el latin lover y Matías el que ya pinta para ingeniero... Bueno, entre todos los demás, que obvio no me voy a poner a hacer una lista.

El circuito siguió siendo hacia la plaza de la Concordia, donde se cortaban cabezas en la época de la revolución con la guillotina. Seguimos hacia los Campos Eliseos, miramos vidrieras con sus precios excesivamente abultados y más tarde llegamos hasta el Arco del Triunfo.

Mamá en el arco del triunfo
A todo esto, ya eran como las 6 de la tarde así que dejé a mamá y volví a lo de nico. A la vuelta, me ofreció que nos juntemos en la casa de unos amigos de él a jugar al poker y justo, era el cumpleaños de Bordenabe así que festejamos ahí con una torta que había hecho Andrea y su grupo de amigos del laboratorio.

Me la pasé hablando casi toda la noche, con la novia de un cordobés que vive ahí y se van a vivir a Estados Unidos. Que grande el cordobés, estaba con la mina más linda del lugar y se ganó toda la plata del Poker. Un grande!

El siguiente día recuperamos al pedrito, pero decidimos hacer un plan un tanto menos caminata y más cultural. Tomamos uno de esos colectivos que te llevan a lo largo de toda la ciudad, estás a la interperie y vas sacando fotos mientras con los auriculares te van diciendo que es lo que vas viendo. Justo a mi me tocó un lugar de mierda ,el auricular no andaba bien así que mucho no lo disfruté la primera media hora. Después se puso más interesante, y estuvo bueno porque mis papás lo disfutaron más.

El colectivo que tomamos para visitar Paris y evitar caminar
Después fuimos a buscar un lugar para comer, por ahí en los alrededores. Encontramos un restaurante italiano (todavía seguían sin probar cosas típicas) y comimos algo ahí.

Terminamos el día recorriendo la pequeña isla que da el nombre a París y la iglesia de Notre-dame.

Ese día, dormí en casa de Aurelien un amigo francés. Del que ya hablé anteriormente en mis anteriorres idas a Paris.

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