martes, 3 de abril de 2012

Holanda - Parte #3: Amsterdam (2)

El siguiente día, la francesa consiguió que un loco me prestase la bici, un alemán que se iba de viaje. La verdad que el primer minuto me dio un poco de vergüenza, pero después me simplificó bastante las cosas para moverme.

Vondel Park, Amsterdam
Este día no estaba dispuesto a volverme a perder por lo que empecé mi visita por el Vondel Park, que está ubicado muy cerca de donde estaba parando. El parque muy bonito, plagado de verde pero territorio completamente dominado por las biciclletas, por este, oeste, norte, sur, de entre los árboles, de abajo del agua, yo que sé... salían por todos lados. Insistiendo en la idea de no perderme, tomé 5 minutos para analizar el mapa y llegué'a una conclusión, me voy a cagar perdiendo... ¿Qué hago? Así que me anoté en la mano los nombres de los canales que rodean en forma de anillo a Rotterdam y así por lo menos saber aproximadamente entre cual y cual estoy, para por lo menos tener una leve noción. Funcionó bastante bien.



Instrumento de medición para conocer la ubicación relativa en Amsterdam
Continué mi visita, por la casa de Anne Frank la niña judía que hizo un diario personal comentando la experiencia que había tenido al esconderse de los alemanes durante la segunda Guerra Mundial; este museo, está muy bien ambientado y la historia, te lleva a pensar mil y un cosas; quizás alguno pueda verlo como una casa vacía que no tiene casi nada adentro, pero la historia que contiene y ver en los espacios minúsculos en los que la gente se movía e hizo su vida por durante casi 2 años es sinceramente increíble. Si alguien va a Amsterdam y le interesa la historia, es sumanente recomendable.

En el barrio Jordan, una de las típicas imágenes que se peuden ver
Seguí mi visita por el museo de Van Gogh, decidí a pesar de mi negación absoluta hacia el arte de darle una oportunidad... Al fin y al cabo, es Van Gogh y en teoría debería ser algo interesante... Bueno, está de más dar mis opiniones, lo más divertido fue el paseo en bicicleta hasta el lugar y el parque que rodeaba el museo.

Los días que venía pasando en Amsterdam, estuvieron increíbles en cuanto a clima; normalmente, llueve todos los días pero justo he tenido la suerte de que no había una nube presente y la temperatura estaba genial, sin hacer calor ni tampoco frío, aproximadamente 12-15º.

Atardecer en Amsterdam
Luego, ya un tanto fatigado de tantos museos y vueltas y vueltas por los canales, me dirigí al Oosterpark (parque del Oeste? Si, una imaginación bárbara)... Al parecer, había un festival horas después en el precioso parque en el cual me senté a leer un libro, por un rato; y cuando volví al centro, me enteré de que el festival gratuito era en ese lugar y me lo acababa de perder.



Mi día terminó yendo a un restaurante a comer algo solo, balbuceando para pedir cosas en inglés y sentado con mi libro y leyendo.

Finalmente volví a la casa de Audrey, donde me quedé una vez más... Hizo una torta genial con un pote de dulce de leche que yo había comprado en París y se lo había llevado de regalo. Justo ese día, la pobre venía de renunciar a su trabajo assí que estaba sinceramente en otra y me pidió disculpas cien veces pero yo la verdad que me pareció tan piola que ni me di cuenta, jeje

Sobre el aspecto de la ciudad, mucho no hablé... Uno se encuentra con canales por todos lados, barcos anclados, campos de tulipanes, flores, casas sin cortinas mostrando el interior de las mismas, y miles y miles de personas hablando todos los idiomas que se te puedan ocurrir.

Olvidaba que pasé por la Zona Roja, merecerá esto un párrafo aparte? Sinceramente, creo que debe ser MUY gracioso para ir a ver con un grupo de amigos, pero solo como estaba yo me sonaba un tanto triste. Vos vas caminando por la calle y de repente hay una vidriera con una minita (joven, vieja, gorda, flaca, tetona) en ropa interior sugestiva (uhh q formal!) y le tocás el vvidrio y le decía vamos al fondo supongo; pero la verdad, que cuando pasé me dio un poco de gracia y me sonó un tanto ridículo. Había en una de las vitrinas, una vieja vieja vieja vieja q daba mucha gracia porque estaba toda arrugada y las siliconas todas estiradas y perfectas... Me imagino hace 200 años cuando llegaban los barcos de marineros desesperados por una minita y le entraban a TODO lo que encontraban por seguro.

Mi estadía terminaba por la mañana, donde tomé el tranvía y el tren hacia Rotterdam...

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