Vondel Park, Amsterdam |
Instrumento de medición para conocer la ubicación relativa en Amsterdam |
En el barrio Jordan, una de las típicas imágenes que se peuden ver |
Los días que venía pasando en
Amsterdam, estuvieron increíbles en cuanto a clima; normalmente,
llueve todos los días pero justo he tenido la suerte de que no había
una nube presente y la temperatura estaba genial, sin hacer calor ni
tampoco frío, aproximadamente 12-15º.
Luego, ya un tanto fatigado de tantos
museos y vueltas y vueltas por los canales, me dirigí al Oosterpark
(parque del Oeste? Si, una imaginación bárbara)... Al parecer,
había un festival horas después en el precioso parque en el cual me
senté a leer un libro, por un rato; y cuando volví al centro, me
enteré de que el festival gratuito era en ese lugar y me lo acababa
de perder.
Atardecer en Amsterdam |
Mi día terminó yendo a un restaurante
a comer algo solo, balbuceando para pedir cosas en inglés y sentado
con mi libro y leyendo.
Finalmente volví a la casa de Audrey,
donde me quedé una vez más... Hizo una torta genial con un pote de
dulce de leche que yo había comprado en París y se lo había
llevado de regalo. Justo ese día, la pobre venía de renunciar a su
trabajo assí que estaba sinceramente en otra y me pidió disculpas
cien veces pero yo la verdad que me pareció tan piola que ni me di
cuenta, jeje
Sobre el aspecto de la ciudad, mucho no
hablé... Uno se encuentra con canales por todos lados, barcos
anclados, campos de tulipanes, flores, casas sin cortinas mostrando
el interior de las mismas, y miles y miles de personas hablando
todos los idiomas que se te puedan ocurrir.
Olvidaba que pasé por la Zona Roja,
merecerá esto un párrafo aparte? Sinceramente, creo que debe ser
MUY gracioso para ir a ver con un grupo de amigos, pero solo como
estaba yo me sonaba un tanto triste. Vos vas caminando por la calle y
de repente hay una vidriera con una minita (joven, vieja, gorda,
flaca, tetona) en ropa interior sugestiva (uhh q formal!) y le tocás
el vvidrio y le decía vamos al fondo supongo; pero la verdad, que
cuando pasé me dio un poco de gracia y me sonó un tanto ridículo.
Había en una de las vitrinas, una vieja vieja vieja vieja q daba
mucha gracia porque estaba toda arrugada y las siliconas todas
estiradas y perfectas... Me imagino hace 200 años cuando llegaban
los barcos de marineros desesperados por una minita y le entraban a
TODO lo que encontraban por seguro.
Mi estadía terminaba por la mañana,
donde tomé el tranvía y el tren hacia Rotterdam...
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